La segunda semifinal enfrentaba a dos históricos de este prestigioso torneo, los cuales tuvieron la suerte y el honor de jugar el primer partido del Open Tenis Casino allá por el 2012. Desde entonces, tristezas y alegrías durante los siguientes nueve años en forma de lesiones y victorias (dos títulos cada uno).
Hoy se volvían a ver las caras estos dos viejos amigos tenistas y el partido no defraudó, sobre todo por la igualdad e intensidad del duelo. El partido comenzaba en la pista 7 y tras un largo calentamiento, necesario para los maltrechos físicos de ambos contendientes, Mañeru elegía sacar tras ganar el sorteo. Comenzaba Llarena rompiendo el saque de su oponente y ganando el siguiente juego con su saque, para colocarse 2-0 con un tenis agresivo y muy metido en pista. Mañeru reaccionaba y conseguía hacerse con el tercer juego de partido. Con el 3-2 para Llarena, a los jugadores les tocaba cambiar de pista para terminar de jugar en la número 4 del Club de Tenis, mientras los otros semifinalistas, Iráizoz I y Lerga, se ofrecían gentilmente a pasar la esterilla por la pista para evitar que Mañeru y Llarena perdieran la concentración.
Ya en la nueva pista, los jugadores conseguían imponerse con sus respectivos saques con un juego al ataque que propiciaba rallies con pocos intercambios (5-4 para Llarena). El siguiente juego lo ganaría el jugador zurdo al resto, que conseguía confirmar el break en el siguiente juego (7-4). En ese momento, Llarena sentía que el sueño de volver a jugar una final estaba más cerca, pero también sabía que Mañeru no se lo iba a poner fácil, como así ocurrió.
Mañeru comenzó a desplegar un poderoso tenis, desarbolando al bueno de Llarena que se defendía como buenamente podía. Fue tal el arreón de Mañeru, que los siguientes 4 juegos se los llevaría él ante la impotencia de su oponente. Llarena era consciente que la semifinal se complicaba mucho, sobre todo cuando se ponía 0-30 al servicio, acariciando Mañeru la victoria. Fue entonces cuando llegó el momento de lucidez para Llarena y tras coger aire y templar un poco los nervios del momento, conseguía encadenar una serie de buenos saques que le ayudaban a meterse de nuevo en el juego (y en el partido). Finalmente conseguía dar la vuelta al juego y forzar el tiebreak.
El tiebreak comenzaba de cara para Llarena poniéndose 5-2 arriba, pero Mañeru se encargaba enseguida de neutralizar esa desventaja empatando a 5. Llarena ponía el 6-5 en el marcador y con el segundo saque de Mañeru, el jugador zurdo aprovechaba para ejecutar un resto en forma de drive paralelo que Mañeru devolvía como podía, no consiguiendo que la bola entrara.
Los tenistas se hubieran fundido en un gran abrazo en la red pero el protocolo Covid lo impedía, por lo que tuvieron que conformarse con el saludo típico en esta época de pandemia.
Volver a jugar una final del Open Tenis Casino, qué gran alegría! Tras mi grave lesión en el 2015 que me impidió jugar a tenis durante dos años, jamás pensé que podría volver a jugar una, incluso dudé de si podría seguir jugando a tenis. Pero llega un día como hoy y tengo la fortuna de poder plantar cara a todo un campeón como Javi Mañeru y de colarme en una final más de cinco años después.
Un placer como siempre, Javi; leyenda de este torneo y todo un caballero tanto dentro como fuera de la pista. Nuestros partidos siempre son reñidísimos e independientemente de quién los gane, siempre me lo paso en grande jugando contigo.
Viva el Open Tenis Casino!
Crónica escrita por Fernando Llarena
