Domingo 27 de octubre y suena la alarma a las 7:30 AM. Me hago el remolón en la cama 10 minutos más mientras siento cierta pesadez de estómago por la cena de la noche anterior viendo el Clásico del fútbol español; al fin y al cabo, un partido de fútbol sin una buena pizza no es lo mismo. Por fin me levanto, me ducho y me disfrazo de tenista. No me siento ligero por culpa de esa pizza por lo que decido no desayunar nada, no vaya a ser que lo pague caro en la pista.
El madrugón no lo es tanto por el cambio de hora de esta noche, pero tiene mérito plantarse a las 8:30 AM un domingo en el Club de Tenis; de hecho, apenas se observan señales de vida humana dentro del club. Me dirijo a la pista 7 y al entrar observo a un concentrado Javier Glaría pasando con esmero la esterilla sobre la pista, ya con las focos encendidos. Nos saludamos con una sonrisa y me dispongo a pasar la parte de mi pista mientras él repasa las líneas con una escobilla.
Comenzamos a pelotear y sigo sin sentirme ligero; "ya se me pasará cuando empiece a correr" pienso. Tras las rondas de saque gano el sorteo y elijo "sacar" aunque se me olvida decírselo a mi rival...qué empanado estoy, parece ser que lo he pensado pero no he articulado las palabras necesarias para transmitir mi pensamiento a Javi.
Comienza el partido y nos vamos ganando los juegos al resto (creo que fue así y no al revés). El partido está muy igualado y el marcador alcanza el 4-4. Me dispongo a sacar, consiguiendo llevarme ese juego, al igual que el siguiente al resto. Con 6-4 a mi favor dispongo de mi saque para colocarme 7-4, resultado que nunca llegó y que podría haber supuesto un punto de inflexión que nunca llegó. Finalmente llega el 6-5, aunque yo digo 5-5...sigo empanado, ahora que lo pienso mientras escribo esta crónica.
Javi está entonado dominado con su derecha y haciéndome daño sacándome de mi zona de confort con su revés cortado, sus dejadas y su buen hacer en la volea. De un posible 7-4 he pasado a un inquietante 6-6 y ya nos encontramos ante un partido nuevo. El siguiente juego consigo llevármelo yo, pero muy a mi pesar, Javi vuelve a reaccionar colocándose 8-7 arriba.
Sirviendo para ganar el partido, Javi consigue ponerse 40-0 arriba, lo que supone 3 bolas de partido para él. En ese momento aprieto los dientes y me digo a mí mismo "no me gana, no me gana". En un principio funciona esa "auto arenga", pero no lo suficiente porque tras salvar dos bolas de partido más, a la sexta caigo tras llegar forzado a una dejada más que trato de contrarrestar con un globo que se me va largo.
Merecida victoria de Javier Glaría por 9-7 que me deja como segundo de mi grupo, salvo que Patxi Landa consiga ganar a Javier en la última jornada de nuestro grupo por 9-7 o más diferencia, en cuyo caso, sería yo el primero del grupo.
Enhorabuena Javi por tu gran victoria! Siempre es un placer enfrentarme a ti. Mucha suerte para lo que queda de campeonato y quién sabe...quizás nos volvamos a ver las caras en esta edición...eso supondría buenas noticias para los dos porque sería en la final. Desde luego, no será nada fácil, visto el nivel del resto de participantes, pero por soñar que no quede...
Crónica escrita por Fernando Llarena
