Antes del partido, Llarena reflexionaba sobre qué estrategia emplear ante el gran Mañeru, el cual se presentaba imbatido tras haber impuesto su dictadura en el grupo rojo...nadie había conseguido hacerle más de 4 juegos en la fase de grupos. Este hecho imponía respeto a Llarena, que dudaba sobre que táctica emplear. Por un lado, se planteaba jugar agresivo buscando el tanto lo más rápido posible y así evitar la lucha "cuerpo a cuerpo" con el corredor de maratones Mañeru. Pero por otra parte, Llarena sabía que si conseguía matener a raya a Mañeru desde el fondo de pista, podría tener sus opciones, al fin y al cabo, es el juego con el que más a gusto se siente el jugador zurdo.
El partido empezó frío y Llarena se puso 2-0 arriba, más por deméritos de Mañeru que por méritos propios. En ese momento, Llarena ya había elegido su estrategia: acortar los puntos todo lo que pudiera, intentando cerrarlos en la volea...gran error! Mañeru infringía una parcial de 5-0 que daba la vuelta al marcador de una manera rotunda y ponía la semifinal de cara para el campeón del 2012.
En el cambio de pista, Llarena volvía a pensar sobré qué táctica era la adecuada y dado el fracaso de su planteamiento inicial, decidió cambiar de estrategia: agarrarse al fondo de la pista, metiendo bola profunda que impidiera ganar terreno de juego a Mañeru y tratar de mover a su oponente de lado a lado confiando en la solidez de sus golpes. Pues bien, en esta ocasión el cambio de planteamiento le fue bien a Llarena, consiguiendo devolverle idéntico parcial para ponerse 7-5 arriba.
Mañeru sufría más de la cuenta y Llarena se sentía cómodo ante este nuevo escenario, pero como el tenis es un deporte muy mental, uno no supo mantener la concentración en el patrón de juego que le estaba funcionando y el otro se vino arriba, sabedor de que si no reaccionaba, se quedaba sin final. La combinación de estos dos factores puso el 7-7 en el marcador.
Llegado a este punto del encuentro, Llarena se esforzaba por volver al juego que tantos frutos le había dado mientras que Mañeru ganaba en agresividad y subía su porcentaje de aciertos. Así las cosas, cada uno conseguía ganar su saque para llevar el duelo al tiebreak.
El desempate final no tuvo historia y un Mañeru más fresco de piernas fue capaz de imponerse para acceder con toda justicia a su seguna final. El 7-1 del tiebreak lo dice todo. Como siempre, un auténtico placer haberme enfrentado a Mañeru y satisfecho de haber plantado cara a un grandísimo campeón como él. A pesar de la derrota, he disfrutado como un enano de este maravilloso deporte.
El sábado nos espera una bonita final entre los dos únicos jugadores que se mantienen invictos este año...veremos quién de ellos acaba el torneo sin tener que escribir ninguna crónica. Se da la circunstancia de que se repite la final de la primera edición de Open Tenis Casino; en aquella ocasión fue Mañeru el que se llevó la victoria...veremos si es capaz Errea de conseguir la revancha y ganar su primer título. La "orejona" espera nuevo hogar para el año 2014.
Por último, agradecer a los señores Errea y Elizalde su presencia en el partido. Participantes como vosotros sois los que hacéis grandes a este torneo.
(Crónica escrita por Fernando Llarena)
(Crónica escrita por Fernando Llarena)
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