Domingo 26 de mayo de 2019
Llegamos a la pista 5 a las 18 horas. Mientras preparamos la
pista para empezar, mi cabeza está sin parar de pensar en lo que tengo claro
que tengo que hacer: “intentaré llevar la iniciativa de los puntos para evitar
el drive de Fernando, parado en media pista, que no consigo nunca ver a dónde
va”.
Empezamos el peloteo y me siento cómodo, empalando bien.
Terminamos el calentamiento, sorteo y gana Llarena eligiendo sacar.
Comienza el partido y gano dos juegos relativamente rápidos…
veo a Fernando fallando más de lo habitual y sólo pienso en no confiarme porque
me viene a la mente la remontada que hizo en su partido con Glaría y que en
algún momento se sentirá más seguro y el tema se complicará. Consigo ponerme
3-0 y es ahí donde los peloteos se alargan y Llarena empieza a desplegar sus
armas. Llarena consigue romperme el saque y se pone 3-1. Su actitud es
diferente y pienso… “esto se va a complicar YA”. Aún así consigo hacer el
siguiente juego y ponerme 4-1. En ese momento Fernando empieza a convertirse en
jugador de red y me siento que no sé muy bien qué hacer, viendo además que los
puntos caían muy rápido de su lado. 4-2, 5-2, 5-3, 6-3, 7-3, 7-4, 7-5. Tras la
pelea correspondiente a esta serie de juegos ganados tanto por uno como por el
otro, llega el que en mi opinión fue el juego crucial; Llarena había conseguido
acercarse en el marcador hasta el 7-5 e incluso disponer de varias bolas para
hacer el 6. Yo me notaba menos suelto, me estaba empezando a acojonar. Mi
cabeza pensaba demasiado rápido y sólo imaginaba la situación de que estando en
buen nivel de juego y habiendo tenido una ventaja sustancial, la cosa se podía
complicar… y mucho, y encima estaba convencido de que si se me iba ese juego se
me iría parte del partido.
Pero con un poco de suerte e intentando sobre todo no fallar
el juego cayó de mi lado y me puse 8-5. Ya en el último juego, pude respirar y
jugar tranquilo para así rematar el partido con el resultado de 9-5.
Me fui a mi casa más contento que unas Pascuas y todavía a
día de hoy estoy de buen humor gracias a la victoria.
Ánimo para Llarena que no estando al 100% físicamente está
luchando cada partido para ser uno de los semifinalistas de Open casino 2019.
Crónica escrita por Jaime Errea
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