Arrancó el juego en el grupo II, reeditando un duelo de la fase de grupos del año pasado, Elizalde con ganas de revancha e Iráizoz sabedor de sus peligros.
Lucía Germán una favorecedora y ajustada camiseta que la casa Adidas ha preparado en edición especial para este torneo, mientras que Iráizoz apostó por su camiseta talismán, un modelo que llevó Federer en 1974 y con la su hija mayor cree que es invencible.
Extraña edición la de este año, con mascarillas, en otoño, con condiciones atmosféricas diferentes que afectan al vuelo de la bola, el bote de la misma, la velocidad supersónica de los saques y las revoluciones de los derechazos. Por fortuna hay cosas que no cambian, como la presencia de Errea en la grada retransmitiendo en directo y animando la contienda.
Empezó como un tiro Germán, sólido, seguro, sin fallos, imponiendo su experiencia desde el fondo de la pista y sirviendo muy bien. Este cronista estaba con el clásico canguelo casinero, abrumado por la importancia de la cita y sin poder soltar el brazo como gusta. 3-0 para empezar, y alarmas que se disparan. Iráizoz salva su servicio para ponerse 3-1 abajo, entra en calor y consigue ir metiéndose en el partido. Poco a poco inicia la remontada, metiéndose en pista y haciendo menos errores. Se iguala la cosa a tres, y si bien los juegos son igualados, acaban cayendo de su lado. Se ven buenos intercambios, Germán intenta subir a la red para cambiar la dinámica pero Iraizoz está fino con los passings y consigue superarle. Hasta el 7-3 el partido está muy vivo, con opciones de 7-4 que se escapan, consiguiendo cerrar el partido a la primera oportunidad alertado por la remontada de Echeverría en el duelo inaugural.
Buena sudada, a falta de un buen abrazo un respetuoso saludo covid y mejor charla a la salida del club, emplazándose los hoy rivales a jugar otro día y a tomar una cerveza después para continuar con la conversación iniciada.
Qué buenos momentos nos depara nuestro torneo!
Crónica escrita por Fran Iráizoz
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