Escándalo en las
casas de apuestas londinenses! Con ese titular abría ayer la prensa británica
sus cabeceras deportivas. Tras jugarse
uno de los partidos del famoso y mediático Open Casino, entre Germán Elizalde y
Santiago Illa, la indignación entre los aficionados ha llegado.
El partido comenzó
con un Germán jugando bien y controlando el mismo. Era de esperar. Su
preparación intensa en las alturas de las instalaciones más avanzadas de las
Islas Canarias estaban dando su fruto. Santi, en cambio, tras un año lleno de
lesiones y en una forma algo justita hacia lo que podía contrarrestando el
imponente juego de Germán. No era de extrañar que las apuestas salieran 15 a 1
a favor de Germán. Ningún avispado parecía apostar un euro por Santi. Parecía
que el partido estaba ya terminado. Y es más, con el mencionado 4-0, las
apuestas para el partido se estaban cerrando con un 50 a 1 a favor de Germán.
En ese momento Germán recibió una
misteriosa llamada de teléfono. Nuestro agente secreto ha confirmado que era de
un fuerte apostante contra la casa de apuestas londinense. Aunque no podemos
citar dicha fuente, ni por tanto probarlo, Germán viendo la pasta que podía
sacar apostó que perdía 5 -9, aun sabiendo que tenía el partido en su mano.
Sabe que el resto de partidos puede ganarlos perfectamente y clasificarse para semis.
Desde ese momento
se vio a otro Germán, cometiendo fallos, no cerrando los puntos, dejando que
Santi subiera a la red y rematar con facilidad. El doblista del equipo estaba atónito. Era
otro Germán. Los aficionados silbaban y con evidentes gestos de desaprobación
insultaban a Germán por el clamoroso cambio en su juego y actitud. Los expertos
entrenadores que estaban en el partido, asombrados, no daban crédito a lo que
estaban viendo. Se pasó del 4-0 al 4-4.
Y de ahí al definitivo 5-9.
Claro, nadie conocía, y repetimos, no podemos
probarlo, pero Germán, una vez que llegó al 5, rezaba para que Santi no fallara
y fuera haciendo los juegos. Al llegar Santi al 9, nuestras cámaras captaron un
gesto de alivio en Germán. Ya era millonario. Esa apuesta ha llevado a la ruina
a la principal casa de apuestas
londinense y varios aficionados no podrán cenar caliente en Navidad. Germán, mientras
tanto, no concede entrevistas. La última vez se
vio en un complejo hotelero de las Islas Hawai rodeado de varias
modelos, “preparando” sus siguientes compromisos deportivos.
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