domingo, 21 de diciembre de 2014

Landa vs Llarena

Interesante partido el que se jugaba esta mañana en el Club de Tenis de Pamplona entre Patxi Landa y Fernando Llarena, dos rivales que se conocen muy bien y que saben perfectamente como jugarle al otro.

Fernando venía de ganar sus dos primeros partidos del Open de una forma muy ajustada y Patxi jugaba su segundo partido tras su derrota por 9-7 ante Chema. El bueno de Landa afrontaba el duelo con ilusión pero con el handicap que le acompaña en estos dos últimos años, lo poco que puede jugar a tenis debido a sus obligaciones profesionales y familiares.

De hecho en la semana previa a este duelo, tuvo una dura semana de trabajo en Brasil, que le restaba opciones de poder competir al 100%...aunque unas fotos filtradas en internet no le dejaban en buen lugar...



Tal y como muestra la foto, Landa no había ido a Brasil a trabajar, sino a entrenarse con el gran Gustavo Kuerten, tricampeón del Roland Garros y experto jugador sobre tierra batida. Patxi enseguida puso en práctica su aprendizaje en tierras brasileñas para llevarse el primer juego en blanco, ante lo que poco pudo hacer Llarena.

A partir de ahí, Llarena pudo reaccionar y empezó a dominar el partido dando la vuelta al marcador. En el partido se podían ver bonitos intercambios, pero a Patxi se le notaba cierta falta de consistencia, a pesar de las intensas sesiones de entrenamiento con el astro del tenis brasileño. El partido llegó al 7-4 a favor de Fernando, momento que se antojaba clave por la gran diferencia que suponía un 7-5 o un 8-4. Finalmente cayó el segundo resultado y ya con la comodidad de la ventaja de 4 juegos, Fernando afrontó el último y decisivo juego de una forma más tranquila, consiguiendo la victoria por 9-4.

Tras el partido, Patxi recibió una llamada de un Kuerten muy enfadado, debido a una foto que había filtrado la prensa rosa brasileña...


Gustavo se sentía decepcionado porque interpretaba esta foto como una falta de profesionalidad de su pupilo. Patxi se quedaba sin argumentos ante el bueno de Guga, pero tras colgar el teléfono, dejaba escarpar una pícara sonrisa que le delataba. Patxi había perdido el partido, pero tampoco parecía importarle mucho.


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