sábado, 28 de noviembre de 2020

Iráizoz I vs Landa

Hace unas cuantas semanas que empezó el torneo pero es sólo mi segundo partido. Estoy con ganas de jugar sobre todo teniendo en cuenta que empecé con derrota ante Mañeru, hecho que me deja contra las cuerdas; el cupo de fallos está agotado. Mi idea es ganar a Patxi y recibir el menor número de juegos posible ya que el grupo pinta a posibles empates múltiples.

 

El prepartido ha tenido su miga. Sólo tenemos una hora reservada (Patxi fue el agraciado) así que entramos al globo puntuales pero los dos tipos que ocupan nuestra pista ni se inmutan. Es la hora pasada así que Patxi y yo decidimos encaminarnos hacia los bancos aunque siguen jugando. Empezamos a quitarnos ropajes pero uno de ellos viene y nos dice que tiene la hora reservada. Patxi y yo nos miramos inmediatamente más agobiados que Spiderman en un descampao…pero os imagináis a Patxi equivocándose en algo? Yo tampoco. Chequeamos la aplicación y la pista es nuestra así que los dos pesaos al carajo y Patxi y yo a pista.

 

Con la confusión son ya y cinco pasadas y, por si no os habíais dado cuenta, soy pelín ansioso así que peloteo express y al lío. Gana Patxi el sorteo y elige saque. Mi idea inicial es poner bolas en juego para ir entrando en el partido pero enseguida veo que los intercambios van a ser difíciles. Si le juego a la derecha me viene un mandoble de vuelta, potentísima derecha de Patxi. Y si le juego al revés lo que recibo es un revés cortado que apenas bota, difícil de devolver. Me pongo 2-0 arriba entre aciertos y errores de ambos. Pero la velocidad de bola de Patxi con su derecha me está sorprendiendo y no estoy cómodo; la cosa se iguala y me voy al banco 3-2 arriba pero con la mosca detrás de la oreja.

 

            A partir del 3-2 voy entrando más en juego e intento mover a Patxi que acusa su falta de horas en pista. Patxi arriesga y alterna muchos winners de derecha con errores. Yo opto por meter bolas y esperar el error de Patxi ya que toma muchos riesgos. La estrategia me funciona y van cayendo los juegos a mi favor. Con 7-2 aparece en la tribuna nuestro eterno capitán, Fer, que recibe la ovación del respetable. Es lo que tiene ser una leyenda.

 

           Consigo cerrar el partido en los dos siguientes juegos para el 9-2 final, un buen resultado para mis aspiraciones en el grupo. Patxi y yo nos damos la mano en la red con total tranquilidad ya que tenemos más anticuerpos que el pescatero del mercado de Wuhan.

 

Como siempre un gran placer Patxi.

 

Viva el Casino y muerte al Covid!!!!!!!



Crónica escrita por Eduardo Iráizoz




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