Hace unas cuantas semanas que
empezó el torneo pero es sólo mi segundo partido. Estoy con ganas de jugar
sobre todo teniendo en cuenta que empecé con derrota ante Mañeru, hecho que me
deja contra las cuerdas; el cupo de fallos está agotado. Mi idea es ganar a
Patxi y recibir el menor número de juegos posible ya que el grupo pinta a
posibles empates múltiples.
El prepartido ha tenido su miga.
Sólo tenemos una hora reservada (Patxi fue el agraciado) así que entramos al
globo puntuales pero los dos tipos que ocupan nuestra pista ni se inmutan. Es
la hora pasada así que Patxi y yo decidimos encaminarnos hacia los bancos
aunque siguen jugando. Empezamos a quitarnos ropajes pero uno de ellos viene y
nos dice que tiene la hora reservada. Patxi y yo nos miramos inmediatamente más
agobiados que Spiderman en un descampao…pero os imagináis a Patxi equivocándose
en algo? Yo tampoco. Chequeamos la aplicación y la pista es nuestra así que los
dos pesaos al carajo y Patxi y yo a pista.
Con la confusión son ya y cinco
pasadas y, por si no os habíais dado cuenta, soy pelín ansioso así que peloteo
express y al lío. Gana Patxi el sorteo y elige saque. Mi idea inicial es poner
bolas en juego para ir entrando en el partido pero enseguida veo que los
intercambios van a ser difíciles. Si le juego a la derecha me viene un mandoble
de vuelta, potentísima derecha de Patxi. Y si le juego al revés lo que recibo
es un revés cortado que apenas bota, difícil de devolver. Me pongo 2-0 arriba
entre aciertos y errores de ambos. Pero la velocidad de bola de Patxi con su
derecha me está sorprendiendo y no estoy cómodo; la cosa se iguala y me voy al
banco 3-2 arriba pero con la mosca detrás de la oreja.
A partir del 3-2 voy entrando más en juego e intento mover a
Patxi que acusa su falta de horas en pista. Patxi arriesga y alterna muchos
winners de derecha con errores. Yo opto por meter bolas y esperar el error de
Patxi ya que toma muchos riesgos. La estrategia me funciona y van cayendo los
juegos a mi favor. Con 7-2 aparece en la tribuna nuestro eterno capitán, Fer,
que recibe la ovación del respetable. Es lo que tiene ser una leyenda.
Consigo cerrar el partido en los dos siguientes juegos para
el 9-2 final, un buen resultado para mis aspiraciones en el grupo. Patxi y yo
nos damos la mano en la red con total tranquilidad ya que tenemos más
anticuerpos que el pescatero del mercado de Wuhan.
Como siempre un gran placer Patxi.
Viva el Casino y muerte al Covid!!!!!!!
Crónica escrita por Eduardo Iráizoz
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