Aunque hoy tengo ganas de hablar de otra cosa, precisamente de eso, de Fernando.
FERNANDO
No recuerdo muy bien cómo nos conocimos. Supongo que jugando algún partido de ranking por el año 2008 o así. Cinco años más joven que yo, un mundo de distancia cuando frecuentamos los pasillos del colegio donde, claro está, no coincidimos. Recuerdo que conectamos enseguida. Me llamó la atención tu forma de ser tan apasionada, por el tenis, el baloncesto, o cualquier otra cosa de la vida. Y enseguida nos fuimos a vivir juntos nuestra afición por el tenis, al Open de Valencia, al Godó. Y recuerdo muy bien cómo muy pronto viniste con la idea de crear un torneo, éste, claramente definida ya, con las reglas pensadas, escritas, sin esperar mucho retorno por mi parte, como si fueses un Napoleón dictando el Código Civil. Lo único que alcancé a decirte fue que sería bonito comprar un buen trofeo y que se quedase en préstamo cada año en casa del ganador, y, además, que sería bonito también jugar la final cada cinco años en algún lugar fuera de casa. Y creaste algo muy bello. El Open Tenis Casino. Ese año, 2011, fuimos al Masters a Londres con nuestras mujeres y allí, viendo el lema del torneo, le diste la vuelta con todo el sentido para crear el lema del nuestro: “winning here is something, but being here is everything”. No puedo pensar en un lema que represente mejor el espíritu de lo que es este Torneo, y este grupo de amigos. Eres una persona especial. Me gusta mucho tu forma de ser, la forma cómo afrontas la vida. Y me siento muy a gusto a tu lado. Tu pasión por el tenis y tu entrega como capitán del equipo en sus inicios, a veces poco reconocida, son el germen de que este grupo de amigos siga unido, tantos años más tarde. Y estoy seguro que eso te dará mucha satisfacción. Yo sólo puedo darte las gracias, porque gracias a ti los demás hemos disfrutado y seguimos disfrutando de tantos momentos presentes de felicidad. Gracias a ti, he sido muy feliz muchas veces. Así que, querido amigo, gracias. Muchas gracias. Y disculpas por no haber estado a la altura de tu pasión en algunos momentos. A veces, es difícil estar a la sombra de un Napoleón. Gracias Fernando.
Crónica escrita por Patxi Landa
Precioso, qué bien escrito está y qué razón tienes.
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