Crónica de un duelo épico (o cómo Iraizoz dejó a Elizalde sin aliento)
Un inicio parejo (y un Elizalde con esperanzas)
El partido comenzó intenso, con ambos jugadores pegándole
a la bola como si les fuera la vida en ello. Empezó Elizalde con un 2/0 que
ponía nervioso a Iraizoz. Un 9/1 clasificaba a Elizalde a semifinales y
eliminaba a Iraizoz. Elizalde tuvo sus buenos momentos y hasta alguna que otra
ventaja, pero Iraizoz, implacable una vez la maquineta empezó a funcionar,
parecía decidido a que ni un solo punto se le escapara. Con una seguridad que
rozaba lo exagerado y una velocidad que hacía pensar en un velocista, Iraizoz
se dedicó a devolverlo todo.
El momento en que Elizalde empezó a notar el peso de las piernas.
Aunque Elizalde plantó cara y el marcador llegó a un disputado 4-3, aquí fue donde las cosas empezaron a torcerse. Porque claro, cuando uno juega a ese ritmo, llega un punto en que las piernas comienzan a protestar... y el físico no perdona. Iraizoz aprovechó el momento para apretar más y con cada subida a la red cerraba puntos como si tuviera un imán en la raqueta.
Del 4-3 pasamos al
8-3. Elizalde se las apañó para arañar un juego más y maquillar el marcador,
pero todos sabíamos que la historia ya estaba escrita. Iraizoz selló su
victoria con el 9-4 final, y lo hizo con la tranquilidad de quien sabe que su
velocidad, precisión y (quizás) un poquito de ayuda divina estuvieron de su
lado.
Conclusión
Enhorabuena al semifinalista Iraizoz, quien, con su
despliegue físico y su precisión quirúrgica, avanza en el torneo. Elizalde, por
su parte, se lleva una buena dosis de experiencia... y, seguramente, una visita
al fisio. ¡Mucha suerte para las semifinales!
Crónica escrita por Germán Elizalde
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