domingo, 3 de noviembre de 2024

Glaría vs Landa

 Hoy me toca jugar con Javier Glaria, la clase.

Uno de los de mayor edad del grupo y pese a ello, uno de los mejores en físico, que entrena cuidadosamente para evitar esas lesiones musculares, en ocasiones tan frecuentes. Esas piernas poderosas que recorrieron tantas bandas en el verde, que son herederas de tanta grandeza futbolística, saga gloriosa. Hoy dando pequeños pasitos en la tierra para acompasar el golpe en el momento preciso, o dando grandes pasos capaces de llegar a cualquier bola. Derrocha clase. Con una derecha clásica, profunda, variada, dominante, fiable. Con un revés cortado muy seguro, profundo, muy incómodo de contrarrestar. Con un revés liftado a una mano precioso de ver, que casi todos envidiamos. Y qué muñeca. Una muñeca imprevisible, capaz de variar el juego, de hacer daño con dejadas o con voleas definitivas cuando decide subir a la red. Clase, mucha clase. Y para rematar, una mente entrenada en la geometría euclidiana, estudiosa de Mies, Corbu o Walter Gropius, acostumbrada a ver espacios, rectas y puntos de fuga. Passing shots. Y de construir belleza. La función hace la forma o la forma la función? Qué profesión más bella. Qué rival más formidable.

9-3 en menos de una hora.

Se impuso la lógica. Javier siempre se me dió mal. Tanto, que no recuerdo haberle ganado nunca. Pero qué gozada de partido, un verdadero placer haberlo jugado.

Y qué caballero fuera de las pistas. La clase, otra vez. La que verdaderamente importa.


Crónica escrita por Patxi Landa




No hay comentarios:

Publicar un comentario